VERDAD Y JUSTICIA PARA LA GENERACIÓN DEL BICENTENARIO Y PARA TODO EL PAÍS
Primer Ciclo de Conferencias Internacionales sobre Antropología Forense
A 100 DÍAS DEL INICIO DE LA CUARENTENA, ES MOMENTO DE PENSAR EN LAS PERSONAS
A 40 AÑOS DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO, EPAF REAFIRMA SU COMPROMISO CON LA VIDA Y LA DEMOCRACIA
El núcleo básico que dio origen en 1997 al Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) estuvo conformado por José Pablo Baraybar, Juan Carlos Tello, Aldo Bolaños y Carmen Rosa Cardoza. En los años subsiguientes convocaron a otros jóvenes profesionales, con quienes compartían la preocupación por difundir los estándares internacionales de la investigación antropológica forense en la búsqueda de personas desaparecidas.
José Pablo Baraybar, antropólogo forense del Tribunal Penal Internacional para la Ex-Yugoslavia (TPIY) desde 1996, conformó un equipo multinacional con colegas de América Latina, Norteamérica, Europa, Asia, entre los que se encontraban los miembros fundadores del EPAF. La experiencia acumulada en Bosnia-Herzegovina, Croacia y Kósovo, fue replicada en el Perú, gracias al apoyo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH).
En el 2001, el EPAF fue convocado para el Caso de la Embajada de Japón, más conocido como Caso MRTA, nos acompañó como Perito invitado el Dr. Clyde Snow. Ese mismo año desarrollo los talleres de capacitación para operadores de justicia, Defensoría del Pueblo, criminalística y abogados de DDHH. Trabajó de manera estratégica con la Defensoría del Pueblo para realizar las inspecciones de presuntas fosas reportadas por testimonios de familiares de personas desaparecidas y comenzó a recolectar la información antemortem.
En el 2002, la creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) hizo evidente la necesidad de la existencia de un equipo forense independiente que representara a la sociedad civil peruana en las investigaciones sobre el conflicto armado interno del Peru. Este año el EPAF lanzo el proyecto “Memoria de los Desaparecidos” para impulsar la búsqueda de personas desaparecidas bajo un paraguas humanitario.
La colaboración entre el EPAF y la CVR tuvo buenos resultados, como la primera exhumación científica de fosas comunes llevada a cabo en Perú, realizada en la comunidad de Chuschi, Ayacucho, en enero del 2002, y la elaboración del borrador de lo que luego sería el Plan Nacional de Investigaciones Antropológico Forenses (PNIAF). Sin embargo, severas discrepancias entre el EPAF y la CVR llevaron a la ruptura entre ambas instituciones en mayo-junio del 2002.
En los años posteriores a la CVR, EPAF desarrolló lo que posteriormente sería su nuevo paradigma institucional sobre investigaciones forenses, según el cual:
1. En un contexto como el peruano, la búsqueda, identificación y restitución de los restos de personas desaparecidas no pueden estar subordinados a los plazos judiciales, por lo que urge dar prioridad a las investigaciones de carácter humanitario;
2. En un contexto como el peruano, la búsqueda, identificación y restitución de los desaparecidos deben estar regida por una estrategia integral o Plan Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (PNBPD).
3. En un contexto como el peruano, la investigación forense no puede estar desligada del trabajo de desarrollo humano con los familiares y comunidades de las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos, como forma de reparación y como garantía de no repetición.
Al irse ampliando su radio de acción, el EPAF creó, sobre la base de estas ideas, la propuesta de cooperación «Sur-Sur», que implica además la transferencia de conocimientos, experiencias y tecnología del Sur global al Sur global, reduciendo la dependencia de financiamientos externos.