Un día como hoy, el 17 de mayo de 1980, Sendero Luminoso inició dos décadas de conflicto armado interno, el mayor y más sangriento de la historia republicana del Perú. Hoy, que se cumplen 40 años de esa condenable acción, el Equipo Peruano de Antropología Forense, EPAF, se pronuncia:
1. Reafirmamos nuestro compromiso fundacional con la vida y la democracia, nuestra vocación de servir a los familiares de víctimas de graves violaciones a los derechos humanos y de contribuir al esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad, sea quien sea su autor.
2. Condenamos, sin reserva, la violencia de los grupos subversivos que iniciaron el conflicto, así como la cometida por agentes del Estado. Como científicos sociales, intentamos por todos los medios comprender los hechos, pero de ninguna manera el comprender significa justificar.
3. A consecuencia del conflicto armado interno y de las deficiencias de nuestro sistema democrático, en nuestra sociedad han permanecido vigentes amplias fracturas: entre el estado y la sociedad civil, entre los grupos étnicos que componen nuestra nación, entre civiles, policías y militares, entre empresas y ciudadanos.
4. A cuarenta años de iniciado el conflicto, y a casi 20 de terminado, el Estado peruano tiene aún graves obligaciones pendientes, que fueron señaladas por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, CVR:
a) Implementar programas de lucha contra la marginación y discriminación de las mujeres y niñas, los pobres y los pueblos indígenas andinos y amazónicos.
b) Cumplir con el deber de brindar verdad y justicia a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos y sus familiares.
c) Cumplir con el deber de reparar a las víctimas y sus familiares, mediante medidas de restitución, compensación y rehabilitación dignas.
5. El Estado peruano ha realizado algunos avances importantes en la implementación de algunas de las recomendaciones de la CVR, como la creación de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas, gracias a la labor continuada de los familiares de las víctimas y del movimiento peruano de derechos humanos, del que EPAF forma parte.
6. Sin embargo, dichos avances no nos hacen olvidar que aún se espera una respuesta sobre lo sucedido a los más de 20 mil desaparecidos. Es incomprensible que el Estado no haga todo lo que está en su poder para cerrar las heridas del pasado, como ocurre con los centenares de cuerpos almacenados en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público.
Esperamos que las heridas dejadas por la violencia se cierren con verdad, justicia y reconocimiento a las víctimas, para dar paso a una época en la que nunca más se cometan violaciones a los derechos humanos.
Lima, 17 de mayo del 2020.